En los edificios institucionales que poseen muchos metros cuadrados y varios pisos, el montaje de puertas de cristal, estructuras de separación y mamparas hace que sea más factible verificar en poco tiempo, la posible presencia de personas extrañas al inmueble. Se trata de un modo de separar partes del edificio sin tener que recurrir a obras. Con los cerramientos se ahorra en obras de albañilería, y una vez están colocados, ofrecerán no solo una frontera infranqueable para los ladrones, sino también para el viento, el frío, el polvo, el calor... Depende dónde se coloquen, pueden optimizar el espacio interior, mejorando la eficiencia energética del total del edificio.
Por ejemplo, en viviendas y cualquier edificio residencial que tenga varias plantas y sea habitado por una persona o un núcleo familiar, el inmueble puede ser dividido en partes, de manera que no se desperdicie energía de la calefacción o del aire acondicionado. Cuando los usuarios no habitan algunas partes de los inmuebles, lo mejor que pueden hacer es aislarlas para que el frío y el calor no se escapen de las estancias que sí se habitan.
Otro lugar donde se montan cerramientos interiores es en pensiones, hostales y establecimientos dedicados a la estancia de personas por más o menos tiempo. También en casas rurales se realizan separaciones interiores, especialmente en edificios con pisos. Entre plantas pueden disponerse estructuras de cristal, aluminio, PVC y distintos materiales, con los que puede conseguirse rápidamente y sin complicaciones, eficiencia energética, protección contra robos y preservación de la intimidad.
